La
jornada comenzó muy temprano, y tras el desayuno colectivo, los alumnos
emprendieron su caminata.
El
tiempo colaboró, luciendo el sol durante todo el día. Así, no faltaron los
baños en las charcas y alguno que otro, inesperado, pues las caídas al agua
también estuvieron presentes.
Después
de momentos de risa, aunque también constantes preguntas sobre el recorrido
que faltaba por realizar, llegó el final
del Barranco de las Angustias. Y con él, también finalizó un día inolvidable
para todos aquellos que pudieron disfrutarlo. Un sábado diferente compartido
con compañeros, padres y profesores.
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