03 abril 2020

Mensaje de Semana Santa




       En una situación normal, hoy hubiéramos salido del cole con cara de felicidad porque llegaban las tan esperadas vacaciones de Semana Santa, la salida habría sido testigo de besos y abrazos para despedirnos porque durante una semana no íbamos a cruzar esa puerta y estaríamos libres de clases, preocupaciones y ocupaciones, de tareas... de todo eso que en estos momentos casi echamos de menos.
       En una situación normal habríamos llegado a este día con la lengua fuera, las celebraciones de Semana Santa para algunos estarían ya preparadas, las canciones de la Banda, los trajes de las cofradías, los ensayos para las procesiones... otros habrían salido rápido o un poco antes para coger los vuelos respectivos para los lugares de descanso o de vivir la Semana Santa de otra manera.
       No es una situación normal, no imaginábamos que el 2020, con su peculiaridad de número, con su rareza a la hora de escribirlo nos traería situaciones tan complicadas de entender y aceptar, pero es así, estamos en el momento en el que estamos y nos toca lidiar con estas situaciones tan poco normales. Hay quien dice que nos están haciendo una llamada a parar, a pensar, a disfrutar del silencio, del tiempo, de lo cotidiano y sencillo, de la VIDA, de las personas que nos rodean y que, en la "normalidad" no vemos con tanta frecuencia.
       Dentro de esta situación poco normal quiero transmitir un mensaje de esperanza, de ilusión, de cercanía. Vamos a vivir una Semana Santa completamente diferente, en la que la vivencia de un acontecimiento que ha perdurado en el tiempo sigue conmoviendo a millones de personas, no solo el sufrimiento de la muerte, sino la esperanza de la Resurrección. Deseo de verdad que al final de esta semana santa, que está durando mucho tiempo, hayamos sido capaces de mantener en nosotros todo aquello que nos hace ser BUENAS PERSONAS, de morir a aquello que nos estaba robando la VIDA y podemos resucitar a esa EXISTENCIA NUEVA que nos traiga el poder encontrarnos, saludarnos, abrazarnos y recomenzar nuestras historias de una forma diferente.
        Que el Señor de la Vida nos ayude en este camino y podamos descubrir que UNIDOS VAMOS A CONSEGUIRLO.
Madre Macu.

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